Nuestra conexión inició a los diecinueve días de mayo, te imagino esperando ansioso ese día en el calendario si fue el Señor, el destino o la vida, conocerte estaba escrito y no hubo nadie más que logre despertar en mi sentimientos tan bonitos. Fuiste mi fiel maestro, como Jesús lo fue de Pedro, una sutil sonrisa se me escapa cada vez aparecen los recuerdos; mi guía, como Virgilio con Dante en el purgatorio, llegan fascinantes memorias como Mozart con su repertorio. He admirado todos los días tus ganas incansables de crecer, y talvez no he sido testigo de cuántas veces te levantaste cuándo te vi caer, el amor y el servicio por los demás, misma Teresa de Calcuta un caballero de pies a cabeza, eso para todos, es una verdad absoluta. Mi vida estaba completa, sabiéndote contigo en mis días, sin embargo, sumando diecinueve, un dieciséis del mes tres, la realidad de todos cambió, se acabaron las risas, las alegrías, entre balones de oxígeno, en medio de la pandemia, hiciste camino para ...