Afuera llovía torrencialmente, eran esos días fríos en los que ni una taza de café te puede calentar, caía la noche y el agua golpeaba frenéticamente las ventanas de la habitación en la que Ana estaba sentada, mientras terminaba de leer el libro de Bram Stocker. Una ola de frío entró precipitadamente por la abertura de una ventana mal cerrada, y ella se estremeció al tiempo en que sentía cómo su cuello se crispaba con el gélido soplido. Al terminar de leer, Ana se dispuso a ordenar sus pendientes del trabajo y revisó sus correos electrónicos en la portátil, enviaba un email a su jefe, cuando el calendario le recordó una fotografía capturada durante un viaje con su familia a la granja de sus abuelos paternos hacía dos años. En la imagen estaban retratados sus padres, sus abuelos y sus dos hermanos pequeños, todos vestían botas y jeans. Ese día habían decidido vestirse en parejas, así que cada dupla llevaba camisas similares, los abuelos llevaban camisa...