LUMEN DE VAMPIRIS P4 Después de recordar a su padre, y no poder dormir durante varias semanas, Ana decidió ir a visitarlo al camposanto un domingo por la tarde. Cuando estuvo delante de la tumba de su padre, todo su cuerpo se estremeció, aún no podía aceptar la idea de que ya no lo vería más, y que ahora formaba parte de sus recuerdos. Se sentó al lado de la tumba mientras colocaba las rosas blancas que le había llevado. Tomó uno de los paños que llevaba en su bolso y se decidió limpiar con paciencia la lápida en la que se dejaba ver el nombre de su padre debajo de una delicada cruz tallada en mármol. Pasaron las horas cuando Ana se dio cuenta que ya estaba anocheciendo y era tiempo de regresar a casa. Cuando se disponía a levantarse, sintió cómo un escalofrío le recorría de pies a cabeza, mientras giraba a la derecha y alcanzaba a ver unos grandes ojos negros que la observaban fijamente detrás de un arbusto. Se quedó paralizada sin saber qué hacer, si correr o quedars...